La forja antigua está presente en las vidas de los seres humanos desde hace siglos. Concretamente desde la Edad Media, época en la que los herreros empezaron a trabajar el hierro para unir unas piezas con otras y conseguir distintas formas y acabados. Hoy en día se sigue utilizando muchísimo; por eso, desde Cerlasa, especialista en Carpintería Metálica en Zaragoza, te contamos las ventajas de la forja antigua.

¿Qué es la forja antigua?

Antes de nada, hay que aclarar lo que es la forja. La forja es el proceso de modelado del metal aplicando presión, después de hacerlo dúctil mediante aplicación de calor.

Pues bien, la forja antigua es el resultado del trabajo de un herrero artesano. Los típicos tipos duros que vemos en las películas ambientadas en la Edad Media. Decimos lo de tipos duros por algo,  y es que éstos daban forma al hierro con la única ayuda de fuego y un martillo.

 Hoy en día, el trabajo de un herrero artesano está casi en extinción, pero se han creado procesos para crear forja antigua de manera artificial mediante moldes prediseñados, tornos, brocas y fresadoras. Así se consiguen figuras y formas moldeadas completamente al gusto del creador.

La forja antigua se caracteriza por su elaborado diseño y ornamentaciones. Salientes, espirales, brocados, puntas decoradas, apliques en relieve en diferentes formas… son solo algunas de las características que identifican a una forja antigua.

¿Por qué usar la forja antigua?

La forja antigua se emplea en muchos ámbitos de la construcción: en verjas, vallas y elementos decorativos de todo tipo de espacios, tanto públicos como privados. Y es que son cuantiosas las ventajas de la forja antigua:

  • En primer lugar, se puede dar al metal la forma que desees, consiguiendo acabados y diseños totalmente únicos y personales.
  • Durante el forjado, se mejora la estructura del hierro porque se refina el tamaño de su grano. Ningún otro proceso de deformación del acero puede igualar la capacidad de la forja de desarrollar una óptima combinación de sus propiedades.
  • El resultado es híper resistente, seguro y duradero. Un elemento de forja antigua perdurará por los siglos de los siglos.
  • La porosidad de las piezas es mínima.
  • Al emplear el proceso de la forja antigua, se eliminan las segregaciones químicas que provocan otros procesos.
  • La calidad interna es mucho mejor, no hay laminaciones en las piezas.

Como ves, las piezas resultantes del proceso de la forja antigua son, además de mucho más bonitas y especiales, mucho mejores en cuanto a sus propiedades técnicas.

 

Ahora ya conoces las ventajas de la forja antigua. Si quieres instalarla en tu hogar o establecimiento, no dudes en contactar con el equipo de Cerlasa; somos especialistas en Carpintería Metálica en Zaragoza. ¡Te atenderemos encantadísimos!